LUBIANCA

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Retrospectiva del 2021: Complicado pero extraordinario.

Viendo por el retrovisor del 2021 me di cuenta de lo complejo que fue, pero lo increíblemente enriquecedor.

Querido 2021, debo decirte que fuiste un año difícil en el ámbito familiar. Me generaste mucha ansiedad y me llenaste de miedo durante un par de meses cuando mis papás y abuela enfermaron de covid-19 aún viviendo en Venezuela, sin embargo, agradezco infinitamente que los 3 salieron ilesos sin complicaciones.

Luego perdimos a dos miembros muy queridos e importantes en mi familia. Y los kilómetros que nos separan se hicieron más presente. Es como si la distancia se hiciera más grande aunque fuese la misma -es absurdo cómo puede llegar a jugar con nosotros nuestro cerebro ¿no crees?-.

Por el lado personal y laboral, que en mi caso, si me conoces ya sabes que claramente suelen ir bien tomados de la mano, fue todo lo opuesto. Fue un año con muuuuchos cambios. Pero cambios que me retaban, que me hacían cuestionarme constantemente (para bien) me sacaban no de la "zona de comfort/zona segura" sino de la zona de conformidad. Es decir, cada vez que estaba conforme con una situación, el barco se agitaba, pero siempre para llevarme a un lugar mejor.

Me asombro solo de ver atrás y ver cómo me sentía y veía a mi misma en enero, y cómo lo hago ahora. Estoy TAN agradecida con toda mi evolución y cada logro que he alcanzado.

Conocí gente increíble, trabajé con viejos amigos e hice nuevos. Los proyectos llovieron, proyectos de todo tipo. Tuve clientes dolores de cabeza, pero también clientes de esos con los que no quieres parar de hablar. Comencé a dar clases en #CoderHouse y me convertí en una cheerleader de mi profesión (o de mi trabajo en realidad), para animar a mis estudiantes y enamorarlos de los proyectos que estaban emprendiendo. Di asesorías y consultorías a agencias.

Le seguí dando vueltas a mi web para que se parezca más a la versión actual de Lubianca, me enfoqué en darle el espacio de producción que se merece, y me llevó a trabajar por primera vez con Thali, quien me hizo unas fotos hermosas para darle vida a mis ideas.

Agregué esta sección de "Postales" para atar las ideas sueltas, hablar más "a calzón quita'o" (como se dice en Venezuela), mostrar más quién soy y cómo pienso y no sólo lo que hago. Y comencé a sumar a nuevas mentes creativas para hacerles un espacio también en mi blog.

Dalí se convirtió en mi terapeuta y editor creativo. Paso todo el día con él (muchas veces opina en reuniones de trabajo o participa en las clases. Que bueno que a la gente le parece funny) y eso junto a la autonomía que he logrado de mis tiempos y agenda, no lo cambio por nada.

Mi papá hace días me decía, "fue un año muy duro" a lo que le respondí: "No, fue un año que puso a prueba nuestro carácter. Nos puso muchas pruebas en el camino, una seguida de la otra en diferentes aspectos, pero todas y cada una para permitirnos crecer y abrir los ojos a nuevas oportunidades, que han sido imparables".

Sin duda alguna el 2021 ha sido un año en el que aprendí e interioricé muchísimo, me centré y enfoqué no cosas en logros específicos sino en cómo me quería sentir con lo que me rodeaba, mi contexto, trabajo y lo que hacía. Me hizo ser mucho más agradecida y consiente de lo que tengo conmigo. Más positiva, más feliz -y para seguir sumando también entraron unos cuantos kilos de más a la balanza-.

El 2022 tiene la vara alta, pero ya avecina ser incluso mucho mejor: Nuevo gran proyecto por iniciar con una nueva agencia, en el cual tendré que desarrollar nuevas habilidades y aprender cosas nuevas, mi hermosa (sobrina) Lucía llega en enero y está la promesa de abrazar de nuevo a mis papás para el siguiente primavera.

¡Que se venga con todo que la energía está bien arriba y brillando con toda!