Seguramente si te dicen postales pienses en viajes, y si, es una muy buena asociación, sin embargo, en este caso no hay una relación con viajar -al menos no directamente-. 

Postales es una columna en la que compartiré los cuestionamientos que me hago en mi vida, que surgen a partir de conversaciones con amigas, de experiencias (buenas y malas), de libros o series que disfruto, relaciones, caminatas por la ciudad o incluso, conversaciones con mi perro…

Básicamente viene a ponerle un poquito de “orden/control” a mi overthining. Ahora ¿qué carajos tiene que ver las postales? Cuando me decidí por agregar esta sección en el blog y buscaba darle forma a la esencia de la columna, quería que fuese algo simple pero que me representara, y eso son las postales para mí.

Las postales son uno de mis tesoritos desde que era niña, no recuerdo a qué edad las comencé a coleccionar, pero lo que no olvido es que desde el principio lo que me unió a ellas fueron las historias, historias de los lugares a los que iba, o de lo que aprendí en ellos, lo que me gustaba de allí e incluso a veces no tenía ni que ver con el lugar propiamente, pero si con lo que descubrí en ese momento de mi vida.

En ocasiones historias compartidas, o de personas amadas que me terminaban regalando pedacitos de sus experiencias. Al día de hoy las sigo coleccionando, con amor y en algunos casos con nostalgia. 

Por eso, no encontré mejor metáfora para esta columna que “postales”. Un conglomerado de micro historias, pensamientos sueltos, aprendizajes, y viajes, viajes del alma, del pensamiento (y seguramente en le camino también habrán alguno que otros viajes a nuevos lugares).

Si llegaste aquí, pasa, ponte cómodo y si quieres charlar de lo que hablo, eres bienvenido.